En nuestro día a día existen gestos tan interiorizados que, sin darnos cuenta, nos hacen gastar más de la cuenta. Toma nota de algunos de estos malos hábitos cotidianos y evítalos para, así, poder ahorrar y desarrollar tu máximo potencial financiero.

Pese a que la situación económica ha mejorado en los últimos años y los niveles de pobreza y desigualdad han bajado, según la última encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) el 10,4% de los hogares españoles afirma llegar a fin de mes con 'mucha dificultad', lo que supone 1,1 puntos más que el año anterior. Además, un 36% declara que no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.

Es cierto que los bajos salarios y los elevados gastos de la vivienda no están ayudando a que las familias puedan ahorrar, pero en lo que quizá no te has parado pensar es que muchos de los gastos en los que incurrimos a diario son eludibles. O, dicho de otra manera: en nuestra vida diaria existen pequeños actos cotidianos tan interiorizados que, casi sin darnos cuenta, nos hacen gastar más de la cuenta cuando en realidad no es necesario.

Se trata de malos hábitos adquiridos que podrías estar evitando y que no te están ayudando a desarrollar tu máximo potencial financiero por no reparar en que por separado no suponen un gran desembolso, pero si los sumamos afectan -y mucho- a tu economía. Listamos a continuación ocho prácticas cotidianas con las que estás derrochando dinero.

    1. No utilizar comparadores

    Nunca conseguirás ahorrar dinero si simplemente compras o contratas la primera opción que está a tu alcance. Con la llegada de internet, han surgido un sinfín de webs que permiten al usuario la posibilidad de comparar precios de artículos y servicios que van desde seguros, ahorro energético e incluso hipotecas. Gracias a estos comparadores, en su mayoría gratuitos, puedes hacer un estudio y elegir aquel producto o contrato que de verdad se adapta a tus necesidades y, de paso, ahorrarte una importante cantidad de dinero.

    2. No revisar las facturas

    Es cierto que las tarifas de determinados servicios han ido en aumento, pero los expertos recomiendan que por ello no dejemos de revisar facturas como la de la electricidad, en la que es posible dejar de perder dinero cada mes si nos fijamos, por ejemplo, en la potencia que estamos pagando y la que realmente necesitamos. Podemos estar gastando en esta partida solo por no saber lo que tenemos contratado. Haz lo mismo en la del teléfono o internet. Puede darse el caso de que estés pagando más dinero por una conexión de velocidad mayor a la que realmente necesitas.

    Toma como una rutina revisar las facturas de restaurantes, hoteles y hasta el tique del supermercado para que no haya errores que termines pagando tú por no dedicarle un minuto de tu tiempo.

    3. No planificar ni ser precavidos

    La improvisación no es buena en muchos aspectos de la vida, pero sobre todo en lo relativo a las finanzas. Los expertos recomiendan planificar con tiempo cualquier gasto importante en el hogar, como son las vacaciones. Si las organizas con tiempo hay auténticos chollos. Eso sí, es recomendable evitar los meses de verano, cuando los precios son muchísimo más elevados que en otros momentos del año.

    Para no pagar más de la cuenta en los vuelos, también se aconseja comprar los billetes de destinos nacionales con una antelación de entre 1 y 3 meses. Ser precavido te permitirá también encontrar mejores hoteles y apartamentos a precios más que razonables.

    4. No tener un presupuesto

    Ya lo dijo Lord Kelvin, físico y matemático británico: “Lo que no se mide, no se puede mejorar”. Por eso, también en los gastos personales o familiares es importante planificar, establecer objetivos y controlar resultados. No importa quién seas ni cuánto dinero tengas porque todo el mundo necesita control sobre sus cuentas. Y, para hacerlo, nada mejor que elaborar un presupuesto en el que expongamos dónde vamos a gastar el dinero y cuánto destinaremos a cada cosa. Así sabrás a qué has destinado hasta el último céntimo de euro. Ojo a las compras pequeñas. Contrólalas también, aunque te parezcan gastos nimios, no lo son en absoluto y pueden llevarte a la ruina.

    5. Comprar impulsivamente

    Para evitar las compras motivadas por impulsos irresistibles y desordenados, es recomendable no salir de casa sin una lista de lo que vamos a comprar y sin tener claro un presupuesto. Para saber si es una compra impulsiva, te recomendamos no comprar en el momento y dejar pasar unos días. Si en ese tiempo no volvemos para adquirir lo deseado es que quizá no lo necesitábamos tanto como pensábamos. Si estamos estresados o nos sentimos fuera de control es mejor no ir al centro comercial pensando que comprar será una forma de consuelo. Hay que tener cuidado también con las compras por internet. Hay muchas ofertas en las que puedes ahorrar mucho pero es tan fácil comprar online que si solemos acceder y hacer adquisiciones sin control es mejor no tener instaladas las aplicaciones de determinadas marcas.

    6. Desayunar y comer fuera de casa

    Aunque en la vida también hay que disfrutar y no olvidarse del ocio, desayunar fuera de casa o no llevarte la comida al trabajo puede suponer un innecesario desembolso. En ocasiones son actos que no tenías previstos. En un primer momento puedes pensar que no van a afectar a tu economía pero al sumarlos llegarás a la conclusión de que has gastado en algo que podrías haber hecho en casa sin mucho esfuerzo. Según el último estudio publicado por la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI), en una ciudad como Madrid nos gastamos una media de 280 euros al mes por comer fuera de casa, lo que supone más de 2.400 euros al año en algo que podemos evitar si sabemos aprovechar los alimentos que compramos para llenar la nevera.

    7. No apagar convenientemente los aparatos eléctricos

    Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), la electricidad derrochada por mantener los aparatos eléctricos en modo de espera o stand by -con el indicador luminoso encendido- supone entre un 5% y un 10% del consumo total de energía en el hogar. Puede parecerte un porcentaje pequeño, pero en facturas importantes como la de la luz puede suponerte un importante ahorro de dinero y también de gases efecto invernadero. ¿Qué podemos hacer para conseguirlo? Comprobar que los electrodomésticos que no usamos están apagados completamente y comprar una regleta automática con un piloto rojo que nos servirá como aviso antes de irnos a la cama. Otro gesto que es muy habitual es el de dejar conectados los cargadores de dispositivos cuando no se están cargando. Ya sea por rutina o por pereza con este inofensivo gesto también estamos gastando innecesariamente.

    8. No utilizar tarjetas de ahorro de los supermercados

    ¿Cuántas veces has rechazado una de las tarjetas de fidelidad de supermercados cuando te la han ofrecido? La próxima vez quizá deberías pensártelo porque, de un tiempo a esta parte, se han convertido en una importante herramienta de ahorro familiar, además de aportar ventajas, como son descuentos en segundas unidades o productos específicos. Algunos comercios tienen conciertos con gasolineras y te permiten ahorrar también en carburante. Otras te permiten también el pago aplazado, lo que supone un importante alivio en determinados momentos del año.

    La lista de hábitos que se pueden mejorar es inmensa, pero aquí tienes una lista de gestos sencillos que te ayudarán a iniciarte en tu propósito de evitar malgastar dinero. Para conseguirlo solo necesitas disciplina y compromiso; las ventajas, a cambio, son muchas y variadas.