La compañía química BASF ha desarrollado un polímero que ya incorporan varios detergentes en el mercado y que permite lavar la ropa igual de bien, pero con agua a menor temperatura.

La publicidad. Esa industria. Creatividad forzosa por definición; ejemplo de reinvención constante; faro de tendencias para muchos, establecedor de falsas necesidades para otros. Cuantas veces acusada de maquiavélica. Y ahí sigue, la gran vía de contacto entre empresas y consumidores. Sobre todo, para aquellas compañías dedicadas a crear bienes de consumo.

Hoy circula por la televisión, por ejemplo, un anuncio que destaca las ventajas prácticas de utilizar pastillas para limpiar la ropa dentro de la lavadora, en vez de detergente líquido. No es el primero. Hace ya tiempo que muchas marcas optan por este formato. Lo que quizás es más nuevo es que éstas incorporen la posibilidad de lavar en agua fría, obteniendo los mismos resultados que empleando agua caliente.

Y ello, gancho publicitario aparte, es una realidad con gran cantidad de i+D y ciencia tras de sí.

"En muchas casas, el cuanto más, mejor todavía se aplica en todo lo referente a la colada. Y no solo en la cantidad de detergente que utiliza la gente -que tiende a ser demasiado-, sino que los usuarios aún creen que solo las altas temperaturas en el lavado implican una colada bonita y limpia: pero reducir la temperatura de 40ºC a 30ºC, es suficiente para reducir el consumo de energía al 40%", plantea, en documento público, BASF.

La compañía química alemana atesora uno de los grandes habilitadores de tal avance, el Sokalan, un polímero que desarrolló en su laboratorio hace más de diez años y que ahora ha sido objeto de adaptación para lograr la máxima eficiencia en los detergentes actuales.

"En una formulación de un detergente se combinan muchos ingredientes, y todos ellos están incluidos para mejorar la limpieza: este polímero en concreto, ayuda a eliminar manchas difíciles", profundiza la responsable de Marketing Home Care/I&I Europe para este producto, María de Moragas. La idea es que ayude a que el resultado sea tan limpio como cuando en el proceso participa el agua caliente, que antaño era factor imprescindible para lograrlo. "Si bajas la temperatura del agua, tienes más dificultad: ingredientes como el Sokalan ayudan a eso". A quitar manchas de frutos rojos, de café, aceite, de restos de grasa... recita la misma.

Lograr un producto con estas propiedades es algo especialmente crítico en España, donde se tiende a buscar soluciones que permitan lavar a baja temperatura, al contrario de lo que ocurre en países situados más al norte de Europa. "Nuestro trabajo ha sido la adaptación de fórmulas, porque en cada país o zona hay características especiales", cuenta esta portavoz de BASF.

"Durante los últimos años se están desarrollando detergentes de nueva generación para que la combinación de la extensa paleta de productos que tenemos, sea cada vez mejor", contextualiza María de Moragas. Eso junto a otra tendencia: crear detergentes cada vez más concentrados, que necesitan menos cantidad para lavar lo mismo. Porque, como bien promulga BASF, hay muchos consumidores que utilizan más del que es necesario, "lo que no es muy sostenible a la larga", añade esta experta. "La gracia de estas cápsulas monodosis, es que ya te viene controlada la cantidad que necesitas por lavado".

La recomendación, más allá del producto técnico y en aras de cerrar el círculo en lo que a sostenibilidad respecta, es llenar la lavadora hasta su máxima capacidad.

Porque al final, este es el objetivo, que la innovación sea puerta de acceso a dinámicas mucho más sostenibles. "Hay una preocupación general por crear química sostenible, que es parte de nuestro eslogan, todas las divisiones trabajan en productos de este estilo", prosigue María de Moragas. "La sostenibilidad tiene varias vertientes, para nosotros está el comprar las materias de forma responsable, buscar mejores soluciones para el mercado o lograr que la sociedad y los consumidores hagan el mejor uso de los recursos disponibles en el planeta".

Y así volvemos al inicio. Porque el planteamiento que impulsó la adaptación del Sokalan para ser empleado en varios detergentes fue algo así como ¿para qué utilizar una energía para calentar agua de la lavadora, si esto ya no es necesario?

"El hacer algo que te permita lavar a baja temperatura viene por un tema de sostenibilidad, y por querer conseguir un ahorro energético", justifica la misma. "Eso, llevado al hogar, cubre una preocupación creciente por evitar el gasto energético en vano y por reducir la factura energética".

En un alejado ejemplo de similar perspectiva, la compañía participaba recientemente en la feria ChemPlast Expo con las primeras cápsulas biodegradables y compostables del mercado español. Son las primeras fabricadas con ecovio en España, un polímero también desarrollado por BASF, que es compostable y compatible con cafeteras Nespresso de uso doméstico. La clave es que dispone de una estructura molecular que facilita a los microorganismos digerirla bajo condiciones específicas de compostaje industrial en 12 semanas.

El breve resumen conclusorio de la filosofía a la que este tipo de avances responden, llega de la mano del Vicepresidente de Home Care, I&I e Soluciones Industriales de BASF Europa, Soeren Hildebrandt: "ofrecemos a nuestros clientes soluciones eficientes, prácticas y sostenibles para solventar los requerimientos del mercado tanto presentes como futuros".