España es uno de los países europeos con más tiendas por habitante. Tenemos 3,4 por cada 1.000 ciudadanos, frente a la media europea (2,6 tiendas por cada millar). Somos, además, el país que más formatos tiene: si en Reino Unido o Francia predominan las tiendas grandes (hipermercado), aquí hay una amplia variedad: desde tiendas de barrio y supermercados de diferentes tamaños, hasta hipermercados.

Desde que en 2009 se eliminaron las restricciones comerciales en la apertura de establecimientos el número de nuevas tiendas se ha disparado. Según datos de Nielsen (que no contabiliza las especializadas, como fruterías, carnicerías o pescaderías), en 2008 había 17.148 supermercados e hipermercados. Hoy tenemos 20.100. Si contamos los súper de menor tamaño y las tiendas tradicionales, contamos con 52.325 establecimientos donde hacer la compra, 500 más que hace un año.

"Caminamos hacia una burbuja de establecimientos", señala Florencio García, de la consultora Kantar Worldpanel, que explica que "si no crece la población no habrá demanda para satisfacer tanta oferta. Las ventas no pueden crecer si no lo hace la población porque hay menos bocas para alimentar", dice.
Compramos menos, gastamos más

Entre 2008 y 2017 la superficie comercial ha crecido un 19% y, sin embargo, las ventas han bajado un 2%, según Nielsen. "Crece más la superficie que el número de consumidores", señala su experto Asís González de Castejón. La facturación del sector sí ha crecido, lo que quiere decir que compramos menos cantidad de cosas pero gastamos más en ellas.

"La regulación sobre las licencias comerciales, con menos intervencionismo que antes, ha tenido un impacto importante en la configuración de la oferta", señalan desde la asociación nacional de grandes empresas de distribución (Anged). "Incluso en los peores años de la crisis las cadenas han mantenido activos sus equipos de expansión y de gestión de franquicias para buscar nuevos y mejores emplazamientos", señala Aurelio del Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES).

Según Florencio García, hay "una relación directa entre apertura de tiendas y ganancia de cuota de mercado. Por eso las cadenas no paran de abrir espacios, para ganar clientes", dice. "Hasta Mercadona y Lidl han cambiado su estrategia de localización y ahora están en sitios céntricos de las grandes ciudades", dice. También se están abriendo más tiendas en las gasolineras, lo que hace que "al final te encuentras con que tienes entre ocho y 10 opciones diferentes de hacer la compra alrededor de casa", dice García.


Trasvase de clientes

Algunos expertos hablan de burbuja del súper, aunque explican por qué, a diferencia de otros sectores como el inmobiliario, ésta no puede pinchar. Es decir, por qué, aunque hay más tiendas que antes y somos menos consumidores, las cadenas siguen vendiendo y sus tiendas siguen siendo rentables. Según Kantar, en parte es porque "las cadenas han ganado clientes que antes compraban en las tiendas especialistas", esto es las carnicerías, fruterías y pescaderías de toda la vida.

Según Nielsen, este tipo de establecimientos tenía hace diez años el 40% de la cuota de mercado en productos frescos. Ahora tiene el 25%. Es decir, que si antes cuatro de cada 10 euros se gastaban en estas tiendas, ahora son sólo dos euros y esto es porque las cadenas "se han centrado en mejorar su oferta de frescos": frutas, verduras, carne y pescado.

"La burbuja no pincha porque hay un trasvase, las cadenas están captando clientes de estas tiendas. Llevan años drenando este canal, es su fuente de negocio", dice García, que recuerda que también el hipermercado ha perdido con respecto a los supermercados de menor tamaño.

Además del aumento del turismo en nuestro país (que también alimenta el tráfico en las tiendas), María José Lechuga, de Ipsos, señala que "las cadenas obtienen más rentabilidad en la tienda con la venta de categorías de productos relacionados con la salud", platos preparados y también los premium, asociados a un precio mayor.

"El sector aguanta porque se compra más innovación", dice Asís González de Castejón, de Nielsen. Según explica, el propio mercado se está autorregulando. "Está habiendo ajustes en todos los formatos (súper mediano, pequeño...). Hay aperturas, pero también se están cerrando las tiendas que no son rentables", señala.
Aperturas

En el último año se abrieron 138 supermercados grandes (entre 1.000 y 2.500 metros cuadrados) pero se cerraron 50. En el caso de los medianos, se han abierto 162, pero se han cerrado 203. En los pequeños, hubo 435 aperturas y 387 cierres, según las cifras de Nielsen.

"Hay una autorregulación, el que no funciona cierra. No es como un piso que se queda vacío y no se vende. Detrás de un supermercado hay una cuenta de resultados, unos gastos, unos empleados que pagar", explican fuentes del sector.

El hecho de que no compremos mucha comida online ha alimentado esta burbuja. En el caso de la banca, por ejemplo, la digitalización de las gestiones hizo que sobraran sucursales. No ocurre lo mismo con las tiendas, pues "si tienes cinco o seis al lado de casa que cierran tarde, no vas a pagar un extra por hacer la compra online", apunta Castejón.

En España el porcentaje de dinero que destinamos a productos de alimentación bebidas e higiene a través de internet no llega al 2%, mientras que en otros países alcanza el 7%. "Hemos triplicado el parque comercial. Si internet despega y no hay un cambio en la pirámide de población no habrá gente para saciar tanta oferta de tiendas", dice Florencio García. Para Castejón, "si estallase la compra en internet, el canal físico sufriría. La tarta es la que es, o se la lleva uno o se la lleva otro, pero hay que repartirla".